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Panegyricus... Nova Stella
Encuadernado en pergamino de época
Silvestre Pietra Santa (Roma 1590-1647), conocido también por Coelius Servili fue un conocido jesuita, editor, heraldista, activo visitador religioso y gran polemista contra los protestantes. En 1634 se publicó su obra más famosa titulada «Symbolis Heroicis» que trataba de heráldica e iconografía. En este libro establece por primera vez un sistema de trazas para representar los colores de los esmaltes heráldicos sin necesidad de colorear los tratados impresos de la ciencia heroica. Adquirió también un gran renombre como el primer visitador de las comunidades escolapianas en vida todavía de su fundador S. José de Calasanz. Contó con el favor del cardenal Pier Luigi Carafa, del que fue su confesor privado.
El 11 de noviembre de 1572 el famoso astrónomo danés Tycho Brahe (1546-1601) observó en la constelación de Casiopea un nuevo astro que brillaba más que Venus y Júpiter, convirtiéndose en una de las ocho supernovas que se han podido ver a simple vista en la historia de la humanidad. El fenómeno duró dieciocho meses extinguiéndose su visión a principios de 1574. Este observador astronómico danés, anterior a la invención del telescopio, acuñó al suceso el termino «Nova Stella», conociéndose en la actualidad como SN 1572 o Nova Tycho en honor a su descubridor, quien escribió una extensa obra sobre dicho fenómeno que influyó posteriormente en Kepler. Otros astrónomos europeos que vieron la supernova fueron Francesco Maurolico, Wolfang Schüler, Thomas Digges, John Dee y Tadeás Hájek. En España lo registraron desde Valencia Jerónimo Muñoz y Bartolomé Barrientos desde Salamanca.
En la China de la dinastía Ming donde también se percibió la nueva estrella se interpretó como un mal presagio. En ese punto Europa se hallaba inmersa en la Guerra de los Ochenta Años (1568-1648) que mantenía Felipe II con los protestantes de los Países Bajos y a esto se añadió la conmoción por la matanza de los 20.000 hugonotes ordenada por Carlos IX rey de Francia que se inició en la noche del 24 de agosto de 1572 y se prolongó hasta el 7 de septiembre de ese mismo año, cerca de un mes antes de la aparición del astro. Hasta esa fecha se creía en la inmutabilidad del cielo y pronto corrieron todo tipo de especulaciones entre los astrónomos y los luteranos quienes interpretaron el fenómeno como un aviso divino a favor de su causa.
Silvestre Pietra Santa es el autor de este manuscrito tal y como reza la lomera. La obra está caligrafiada en letra humanística a veintiún lineas por página en latín y griego del que no hemos encontrado noticia bibliográfica alguna. Comienza la obra reconociendo el hallazgo de Tycho Brahe y cómo este acontecimiento sirvió a los luteranos de pretexto supersticioso para atacar al imperio católico de los Austrias.
El autor estructura el libro en once capítulos donde argumenta varias teorías y explicaciones a la aparición de la estrella en 1572. Establece que se trata de una estrella peregrina de la Vía Láctea ya creada por Dios en el origen del universo y por tanto ajena a cualquier interpretación providencialista. Por otra parte, recuerda el autor que en ese año la religión católica se hallaba en una posiciónsuprema sostenida por Felipe II de España, Carlos IX de Francia ,Maximiliano y Carlos II archiduque de Austria entre otros monarcas europeos. Sí reconoce Silvestre las cruciales luchas católicas contra los turcos, hugonotes calvinistas y los protestantes luteranos encabezados por Guillermo de Orange en Bélgica como un peligro para el Imperio Sacro. Añade el autor que a partir de ese año de 1572 se inició un ciclo esplendoroso en Europa tras la victoria contra los otomanos (Lepanto), los felices casamientos reales de las dinastías católicas europeas, entronizaciones, la contrarreforma iniciada por Roma, etc.
A continuación repasa las genealogías reales y la historia del mundo para introducirnos en los capítulos IX, X, XI que son los más extensos e interesantes para nuestro propósito. Silvestre Pietra Santa es un jesuita que hace honor a su orden en el ámbito intelectual. Conoce de primera mano a Aristóteles, Platón, Plinio, Ptolomeo, Hipócrates, San Agustín y sobre todo a Pitágoras. De este último filósofo y matemático toma sus relaciones numéricas para demostrar la relación oculta entre los números y los seres vivos y el universo histórico donde fluctúan.
Coelius Servili utiliza los textos y numerales griegos para establecer las correspondencias históricas, las cronologías y cómputos de los reinados sujetos al imperio de la lógica numérica determinista, las genealogías de Cristo con sus equivalencias de valores matemáticos, etc. Todo ello para concluir con el reinado de Fernando II del Sacro Imperio Romano Germánico como colofón y cierre de de ese ciclo iniciado en 1572 con la Nova Stella.
El fin del reinado de Fernando II concluyó en 1637, fecha que se nos antoja más próxima a la elaboración del texto de Silvestre, quien falleció en la ciudad eterna en 1647, un año antes de ser firmada la paz de Westfalia que dio fin a la Guerra de los Ochenta Años de Felipe II con los Países Bajos y a la Guerra de los Treinta Años de Alemania. A resultas de todo ello el Papa perdió el rango de César y se abandonó la política de «Universitas Christiana» creada por Carlos V. Llama poderosamente la atención como el autor atacó las supersticiones luteranas del evento astronómico con las prácticas de la numerología determinista ajenas al libre albedrío que rozaban la heterodoxia católica del momento.
Buen estado de conservación. Encuadernado en pergamino de época.