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Manuscrito medieval con encuadernación mudéjar. Pleito sobre diezmos entre la Cartuja de Nuestra Señora de Aniago y la iglesia de Aldeanueva
El manuscrito arropado con una excepcional encuadernación de estilo mudéjar con lacerías diagonales, aspas y trenzados.
Manuscrito titulado “Libro del Beneficio N. 1. Contiene el proceso apostólico del pleito seguido por los obispos de Segovia y Palencia contra los clérigos de la iglesia de Santa María de Aldeanueva que mostraron su disconformidad con los diezmos y primicias pertenecientes a la Cartuja de Nuestra Señora de Aniago en Valladolid. El manuscrito contiene antecedentes (sentencias y otros autos) desde el año 1401 hasta un vidimus del año 1491.
Se trata de un manuscrito sobre pergamino de 43 folios caligrafiados en letra gótica cursiva a 36 líneas por página junto con dos folios en blanco. Los textos están redactados en latín y castellano. La primera inicial del primer folio está decorada con motivos florales a una tinta y aguada.
El manuscrito está arropado con una excepcional encuadernación de estilo mudéjar con lacerías diagonales, aspas y trenzados.
La cartuja de Nuestra Señora de Aniago fue un monasterio fundado por los monjes cartujos en 1441 bajo la tutela y patrocinio de la reina María de Aragón, esposa de Juan II. Se construyó en un lugar llamado Aniago, en la provincia de Valladolid.
En enero de 1808 llegó a Valladolid con su tropa el general Dupont del ejército de Napoleón. A partir de ese momento los monasterios masculinos sufrieron toda clase de atentados. El monasterio de Aniago no fue una excepción. Los monjes recibieron la orden de que pusieran a disposición del ejército noventa camas para alojar a los soldados, más cebada y paja para los caballos y harina, chocolate, pan, aceite y vino para los hombres. En agosto de 1808 fue la exclaustración con el mandato de que cada hombre regresara a su lugar de origen con una pensión compensatoria. Una vez abandonado, el monasterio sirvió de cuartel.
Cuando acabó el conflicto bélico con los franceses, los cartujos regresaron al monasterio hasta que en 1820 tuvieron que abandonarlo de nuevo por «decreto de desamortización» del Trienio Liberal. A los tres años regresaron de nuevo pero su estancia duró tan solo hasta 1835 pues, a raíz de la desamortización de Mendizábal, la exclaustración fue definitiva y sus bienes fueron subastados. El monasterio cartujo dejó de existir como tal en 1836. El patrimonio artístico se vendió o se repartió entre distintas instituciones, los edificios fueron abandonados a las inclemencias del tiempo y al pillaje. En el año 2015 sólo quedan ruinas que se van desmoronando día a día.